jueves, 17 de diciembre de 2009

Problemas simples


Si quisiera liberarme por un tiempo, sólo tendría que apagar la televisión. O sea, apagar la posibilidad de ver en el espacio. Para todos los insensatos que creen poder etiquetar al mundo y sus alrededores, ahí les va un escupitajo de problemas simples para seres idiotas.


El semáforo estaba allí. Para nuestro caso, verde, amarillo y rojo. Prendido absolutamente. Y el niño se para frente a él. Y, simplemente, cruza. Al llegar al otro lado lo vuelve a observar y recuerda navidad.


Las mujeres apagaban un incendio. Siempre estuvieron allí, avivando la llama. ¿Cómo se llama la vida en tu barrio?


La pomada negra era la que tapaba las culpas de todos los incrédulos y papas fritas. Ahora bien: ¿acaso la culpa la tiene la pomada?


El hombre abotonaba su camisa. Se arreglaba para ir a trabajar. Saludaba a su familia antes de irse. No escribía ni una página. ¿Qué tipo de libertad se supone que se merece?


Los boliches cerraban a las 5 de la mañana. A las seis, millones de borrachos rompían las puertas de antiguas novias. ¿Qué tipo de relación de pareja te da el alcohol?





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