miércoles, 14 de abril de 2010

(Sin titulo)

Qué poca importancia tenemos. Si tan gravemente irrelevantes somos nosotros, qué tristeza podrá ser capaz de contener el sinsentido de un estornudo, de un grito o de un dolor de estómago. La sinécdoque a través de la cual comprendemos el mundo es como unos anteojos que dislocan todos los haces que entran al iris. Mientras, las obras nos trascienden. Son lo único que tenemos. Lo único.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...